El Club Wilcoop se complace en anunciar la implementación de un innovador proyecto de intervención psicosocial, diseñado para enriquecer la experiencia de los niños y niñas que participan en el fútbol infantil. Este proyecto, que se materializará a través de talleres grupales, busca ir más allá del desarrollo físico, abordando también la dimensión psíquica y social de los jóvenes deportistas.

¿Por qué Talleres Psicosociales?

El fútbol, como actividad grupal, puede generar un abanico de emociones y situaciones que, en ocasiones, resultan desafiantes para los niños. La presión de la competencia, las expectativas de padres y entrenadores, y la gestión de victorias y derrotas pueden generar frustración, ansiedad y, en el peor de los casos, el abandono del deporte.

Los Talleres Psicosociales buscan proporcionar a los niños herramientas para:

• Fortalecer el trabajo en equipo: Fomentando la colaboración, la comunicación y el respeto mutuo.

• Aumentar la autoestima: Tanto a nivel individual como grupal, promoviendo la confianza y el reconocimiento de las propias capacidades.

• Gestionar las emociones: Ayudándoles a identificar, comprender y manejar sus sentimientos de manera saludable.

• Educar en valores: Transmitiendo la importancia del respeto, la solidaridad y el juego limpio.

¿Cómo se llevarán a cabo los talleres?

• Se realizarán al menos seis talleres grupales por categoría, adaptados a las edades y características de cada grupo.

• Cada taller tendrá una duración de 30 a 40 minutos, con una frecuencia quincenal en las instalaciones del club.

• La comisión de fútbol aprobará la planificación de cada taller, y se informará a los padres a través de WhatsApp.

• Se enviará una devolución a los padres después de cada encuentro.

Los Talleres Psicosociales estarán a cargo de Pernarcig Devora, Psicóloga Social, y se enmarcan en la Ley 15.413, que establece los lineamientos para la protección integral de los derechos al juego, la recreación y el deporte en asociaciones civiles y clubes.

El Club Wilcoop reafirma su compromiso con el bienestar integral de sus jóvenes deportistas, brindándoles un espacio seguro y enriquecedor para su desarrollo personal y deportivo.

El sábado 30 de noviembre, el club se vistió de orgullo para recibir cálidamente a muchos exjugadores de fútbol infantil en un “Torneo del Reencuentro”. Una gran iniciativa que reunió a viejos amigos de categorías retiradas, ya no tan infantiles, convirtiéndose en una jornada inolvidable de unión, nostalgia y alegría.

En el aire se respiraban anécdotas de esas que se cuentan a carcajadas. La pista, testigo incansable de tantas hazañas futbolísticas, se llenó de vida con el regreso de aquellos que, años atrás, la recorrían entre amistad y risas. Aquella superficie donde tantas veces dejaron dibujada la marca de sus suelas hoy ya no existe, fue completamente renovada, pero la nueva carpeta de cemento sintió la emoción contenida en cada abrazo de gol.

Antiguos modelos de camisetas fueron el elegante sport del evento. Siempre tendremos atesorada en algún cajón una casaca del Wilcoop. Y el sábado formó parte del ritual volver a sacar esas reliquias a la superficie, y enfundarse con ellas fue la contraseña para desbloquear los recuerdos. En algunos casos el talle ya no era el ideal, es cierto, pero la alegría de volver a sentir sobre la piel el escudo de Wilcoop se evidenciaba en cada uno de los rostros que colmaron las instalaciones.

La final enfrentó a la 2004 contra los defensores del título, la categoría '97. Fue un digno cierre para una jornada perfecta. Tras un partido emocionante, la categoría 2004 se consagró campeona con un gol agónico y un festejo enloquecido, dejando en claro que el talento y la pasión siguen intactos a pesar del paso del tiempo.

En el corazón de todos los presentes quedará grabada esa sensación que no podemos explicar, porque no van a entender, de pertenencia a una gran familia. Wilcoop siempre será su casa y siempre estarán invitados a pasar, sin que haga falta invitación ni la excusa de una competencia.

Este Torneo del Reencuentro fue una muestra clara de que los valores transmitidos en el club perduran en el tiempo. El ejemplo concreto de un legado que subsiste al paso de las generaciones. El presente de la institución nos regaló una emotiva jornada movilizada por recuerdos del pasado, pero fundamentalmente nos cargó de un imprescindible combustible para encarar el futuro. Un futuro que se avecina duro para instituciones como la nuestra, necesitada de una comunidad involucrada y comprometida para subsistir en un entorno cada vez menos propicio para eso y más inclinado al individualismo. Pero no claudicaremos en la defensa de esos valores, porque jornadas como la del sábado nos demuestran que vale la pena.

Gracias a todos los participantes por estar y por avivar el fuego de una vieja pasión. Gracias al público que se acercó, acompañó, y creó un marco inmejorable para la ocación. Gracias a los incanzables organizadores de este enorme evento por la dedicación invaluable y desinteresada.

Un día que quedará en la memoria de todos los que tenemos el corazón pintado de azul y blanco.